5 claves para ayudar a tu hijo a superar sus miedos
Escucharle, aceptar sus miedos, invitarle a la reflexión y exponerle progresivamente al objeto fóbico son algunas de las medidas que podemos tomar para ayudar a nuestro hijo a superar sus temores
El miedo es una emoción básica, que cumple una función adaptativa: garantizar nuestra supervivencia. Es por ello que, en los niños, que aún no conocen totalmente el entorno ni su funcionamiento, es común observar temor a cosas a las que los adultos no damos importancia como determinados ruidos o personajes ficticios. Miedos que, con el paso del tiempo y una correcta gestión, van desapareciendo.
No obstante, ¿qué podemos hacer como padres para ayudar a nuestro hijo a superar sus temores?
- Aceptar sus miedos: en ningún caso es de utilidad avergonzarle o regañarle, dado que con ello lo único que conseguimos es que el niño se sienta mal por algo que “no está de su mano”.
- Ayudarle a analizarlos: es fundamental que prestemos atención a sus temores y le ayudemos a reflexionar sobre ellos y el nivel de peligro real que tienen.
- Exponerle gradualmente: no se trata de forzarle ni exponerle de inmediato al objeto fóbico sino de llevarlo a cabo de manera paulatina. De esta manera, el niño irá comprobando por sí mismo que no ocurre nada ante esas situaciones u objetos y, por tanto, estará dispuesto a un mayor acercamiento.
- Evitar juegos o películas de miedo o violencia: este apartado cobra especial importancia, ya que los menores pueden hacer interpretaciones erróneas sobre ellos y no diferenciar la ficción de lo que no lo es, dando lugar a un miedo o al mantenimiento de uno ya existente. Por ello, es conveniente informarse o, bien, guiarse por la clasificación por edades a la hora de valorar si unos determinados juegos o películas son o no los más apropiados para nuestros hijos.
- Ser un modelo: los padres son, por excelencia, las personas de referencia para los niños. Por esta razón, pueden exponerse a las situaciones o elementos objeto de fobia con el fin de que el pequeño compruebe que no sucede nada y, en consecuencia, verifique que es una situación o elemento al que no tiene porqué temer.