¿Hay personas que no saben vivir sin pareja?
Efectivamente, hay personas para las que es vital tener una relación amorosa y es, entonces, cuando hablamos de la denominada dependencia emocional
Existen muchas personas que, tras una ruptura, no tardan en implicarse en otra relación ya que, para ellas, la vida sin pareja es inviable. Se trata de personas que se resisten a imaginar una vida en la que no haya un vínculo amoroso y que, además, temen considerablemente la soledad. Hablamos entonces de la llamada dependencia emocional. Dicha dependencia es un trastorno de personalidad que puede producirse no sólo en el marco de la pareja sino, también, en relación a familiares o amigos. De hecho, es frecuente que la persona haya tenido el mismo patrón actitudinal a lo largo de su vida pero sea identificado, con mayor facilidad, en el ámbito que nos compete.
Como característica principal, el individuo tiende a hacer que su mundo gire en torno a su pareja hasta el punto de anularse a sí mismo o, bien, vivir la relación negativamente. Es decir, se llega a idealizar a la pareja y a ejercer cierta sumisión ante ella con el único objetivo de conseguir su amor y aprobación. Pero, ¿qué factores están implicados en esa dependencia?
- Ambiente familiar: en muchos casos, los individuos han crecido en un entorno de carencias afectivas: falta de atención, afecto o protección por lo que, de alguna forma, desean cubrir esos déficits con la pareja.
- Baja autoestima: la persona tiene un autoconcepto negativo y, en consecuencia, considera que no es lo suficientemente buena para gustar y merecer el aprecio de nadie.
- Miedo a la soledad: se teme que haya una ruptura y se vuelva a la soledad, a un mundo gris y sin sentido alguno sin esa persona. Es por ello que suele observarse un esfuerzo por agradar al otro, muchas veces, a costa del propio bienestar.
- Modelos cercanos: es posible que, desde edades muy tempranas, la persona haya observado esa dependencia de un familiar a otro, especialmente, en madres y padres; y que haya normalizado esa situación.
- Relaciones tóxicas: es común que, en relaciones previas, se hayan vivido malas experiencias de la mano de personas ambivalentes, de “ni contigo ni sin ti” y, por tanto, hayan generado ansiedad y miedo al abandono, que se traduce en ese esfuerzo constante de buscar la aceptación de pareja.