¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir carrera universitaria?
La carrera que escojamos será aquello a lo que destinaremos toda nuestra vida laboral por lo que debemos optar por algo más allá de sus salidas profesionales, por algo que verdaderamente nos satisfaga
Acaba de terminar la EvAU y con ella dos cursos de mucho esfuerzo e incertidumbre. Sin embargo, ahora, con las calificaciones en mano, a muchos les asalta una duda: ¿qué carrera elegir? Habrá quien lo tenga muy claro, quien cuente con un extenso listado de posibilidades y quien no tenga ni idea de cuál podría ser su mejor opción. Es por ello que, con este post, pretendemos ayudarles a dar respuesta a esa pregunta:
- Analizar tus fortalezas: nuestros puntos fuertes no sólo nos pueden facilitar la consecución de la carrera sino que nos pueden ayudar a destacar laboralmente. Por ejemplo, si soy bueno en dibujo técnico, tendré más posibilidades de resaltar en arquitectura que en medicina o física.
- Analizar tus debilidades: este apartado es determinante, ya que, en un futuro, aunque se conozcan a la perfección los contenidos teóricos, el desempeño puede sobrepasarnos y, en consecuencia, condicionar la buena práctica profesional. Es decir, debemos valorar si nuestras cualidades y/o características personales concuerdan con las del perfil al que aspiramos. Por ejemplo, una persona que se maree al ver sangre, difícilmente se sentirá cómoda siendo médico o enfermera. Dicho esto, no sólo debemos valorar las asignaturas ni la carrera en sí misma sino cómo nos vemos ejerciendo la profesión.
- Comparar las carreras que te llamen la atención: resulta necesario cuando tenemos dudas entre varias carreras o, incluso, por cuál universidad optar. Dicho esto, debemos valorar con detenimiento los planes de estudio de ambas, el profesorado, etc. De esta manera, facilitamos nuestra decisión.
- Considerar tus intereses: es conveniente detenernos a pensar en los hobbies que tenemos, en lo que nos gusta hacer puesto que, detrás de ellos, puede haber una posible salida laboral. Por ejemplo, si nos encanta dibujar, bellas artes podría ser una buena opción o, de manera similar, si nos gustan los animales, podría serlo veterinaria.
- Evitar las generalizaciones: seguro que alguna vez has oído comentarios sobre si una carrera es más o menos difícil que otra, de que es imposible de sacar o de obtener un trabajo con ella. No obstante, debemos dejar a un lado este tipo de creencias y pensar que sólo se trata de experiencias particulares. Esto es: debemos centrarnos en nosotros mismos, en lo que queremos y en nuestras capacidades.
- Indagar sobre las diferentes titulaciones: hay carreras que nos son muy familiares como medicina o magisterio y que, a su vez, coinciden en ser de las más demandadas. En cambio, hay otras que ni sabemos que existen y que es posible que cuadren mejor con nuestros intereses pero, claro, no podemos querer estudiar algo que desconocemos. Por esa razón, debemos investigar sobre todas las opciones que tenemos a nuestro alcance.
- Pensar en cómo te gustaría que fuese tu trabajo: es evidente que, al terminar una carrera, de primeras, no sabemos cuáles serán las características del puesto al que aspiraremos pero sí que habrá una tendencia: trabajo en equipo, rutinario, viajes, etc. Es esto es: si estudiamos empresariales o administración de empresas, es de esperar que nuestro trabajo sea en una oficina; o que, si estudiamos enfermería, nuestro horario pueda incluir sábados, domingos o festivos. Dicho esto, nos tendríamos que preguntar: ¿eso sería lo que quiero?
- Valorar las salidas profesionales: el mercado de trabajo es muy cambiante con lo que es difícil garantizar un puesto de trabajo desde el minuto cero. Igualmente, es cierto que hay innegables tendencias, especialmente, en el área tecnológica, que de seguirlas, simplificarían nuestro esfuerzo en insertarnos en el mundo laboral. No obstante, no debemos olvidar que, teóricamente, lo que estudiemos será algo para dedicarnos a ello durante toda nuestra vida profesional por lo que, de manera independiente a sus salidas, es importante hacer algo que nos guste y con lo que nos sintamos realizados.
Esperamos haberte ayudado en esta ardua elección aunque, si aún no lo tienes claro, no dudes en pedir ayuda a un orientador vocacional. Él podrá resolver tus dudas y, lo más importante, atenderte de manera personalizada.