¿Qué es la violencia vicaria?
Es considerada una de las formas de ejercer violencia machista y tiene como objetivo producir un gran dolor y culpabilidad en la pareja o expareja
La violencia vicaria es un término que se ha popularizado en los últimos días debido al hallazgo del cuerpo sin vida de Olivia, una de las niñas secuestradas por su padre el pasado mes de abril en Tenerife. Un caso con gran repercusión mediática que no ha dejado indiferente a nadie y que nos recuerda a otros similares como el Ruth y José (caso Bretón).
Violencia vicaria
¿Quién puede siquiera plantearse hacer daño a un niño? ¿Quién puede ser capaz de acabar con la vida de sus propios hijos? Aunque, a bote pronto, podamos tener una respuesta clara y rotunda, lo cierto es que no dejamos de ser humanos. Nos podemos dejar llevar fácilmente por nuestras emociones y, cómo no, por el odio y el rencor en su mayor expresión. Es entonces cuando cobra especial sentido el término del que hablamos.
No hablamos de psicópatas, no hablamos de personas que tengan algún tipo de trastorno que justifique su acción, no. Hablamos de individuos cegados por el resentimiento, la maldad y el afán de venganza, capaces de hacer cualquier cosa para mantener cierta sensación de control sobre la otra persona y conseguir un único objetivo: “hacer daño en lo que más duele”.
Violencia vicaria
Nos referimos, por tanto, a la violencia vicaria cuando, con el objetivo de hacer daño a alguien, se ejerce algún tipo de violencia, ya sea física o psicológica, hacia terceras personas. En el caso de la violencia machista, se recurre a los hijos, a modo de instrumento o arma, para hacer daño a la pareja o expareja. El maltratador es consciente de que no tiene ningún derecho sobre su pareja o expareja, pero sí de tenerlo sobre los hijos en común, al menos, hasta su mayoría de edad. Con ello, no sólo se pretende producir un profundo dolor en ella sino, también, generar culpabilidad por lo ocurrido.
Además, dentro de este concepto, también se incluiría: impedir la comunicación de los niños con su madre, el descuido o, incluso, la manipulación a su favor.