En primer lugar, tras haber concertado una cita, se realiza una entrevista inicial con la finalidad de recabar más información sobre la persona y sus necesidades.

A continuación, se hace una evaluación y tras un diagnóstico (si procede), se elabora un informe psicológico completo en el que aparece de manera detallada la problemática, así como los objetivos y metas a alcanzar durante la intervención, que deberá tener una duración de, al menos, diez sesiones para obtener resultados satisfactorios. No obstante, hablamos de una cifra orientativa, ya que los resultados dependen de cada persona, de su ritmo de interiorización, así como de las dificultades que presente.

Indicar que dicha intervención se hará de manera personalizada en función del perfil e intereses de cada individuo y que, en el caso de los niños y adolescentes, se trabajará de manera integral, teniendo en cuenta tanto el entorno familiar como el escolar. Por ello, se facilitarán informes de manera regular y, en caso necesario, acudiremos a las distintas tutorías del centro educativo para informar y orientar al profesorado sobre el caso y darle recursos al respecto.

Finalizada la intervención, se lleva a cabo un seguimiento mediante sesiones esporádicas con el objetivo de verificar que el cambio se ha mantenido en el tiempo.